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República Dominicana ofrece una experiencia colorida y sin igual de su flora y fauna


Los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de las 9 distintas zonas ecológicas por la riqueza de su vegetación y vida animal. Observar las ballenas jorobadas y el avistamiento de aves se destacan entre las actividades favoritas


República Dominicana es reconocida por sus dotes naturales. Más allá de sus playas, hay todo un mundo que, con su variedad y exclusividad, lo convierten en el destino ideal para los que aman contemplar la naturaleza en todo su esplendor. Su fauna migratoria y endémica, así como su flora nativa y exótica ofrecen una experiencia sencillamente maravillosa que atrae cada vez a más turistas.

En el norte del país hay varios puntos donde los turistas viven esta experiencia natural. El Parque Nacional Los Haitises, que en lengua taína significa “tierra alta”, es una de las joyas de mayor biodiversidad del Caribe, donde se pueden observar numerosas especies de aves endémicas, como el emblemático gavilán dominicano, y una rica vegetación entre la que se destaca el Guanito, una esbelta palma en forma de abanico.


Un espectáculo majestuoso ocurre cada año en la Bahía de Samaná, cuando entre enero y marzo cerca de 3,000 ballenas jorobadas llegan a aparearse en las aguas cálidas de esa paradisíaca zona. Los turistas tienen la oportunidad de apreciar a unos metros, desde pequeñas embarcaciones, los saltos de estos cetáceos y su particular canto para empezar un nuevo cortejo.




Para los entusiastas del ecoturismo, visitar el Santuario de Mamíferos Marinos Estero Hondo, el refugio más grande de manatíes del país ubicado en la provincia de Puerto Plata, es una ocasión especial para deleitarse de la naturaleza de la zona, rodeada de majestuosos manglares y habitada por numerosas aves.


En el municipio de Contanza, ya en el centro del país, se encuentra el Parque Nacional Valle Nuevo. Aquí, los visitantes y turistas podrán encontrar una gran biodiversidad. En la flora, el Pino criollo típico de montaña se destaca como uno de los principales, y en la fauna la cigüita de Constanza.


Por su parte, la Palma Cana, que da el nombre a Punta Cana, así como la Pereskia quisqueyana o mejor conocida como la rosa de Bayahíbe, la flor nacional, son dos especies que sobresalen de la flora que se observa al este del país.


El Jardín Botánico Nacional Dr. Rafael María Moscoso es un paseo fascinante. Desde un recorrido en pequeños trenes se pueden apreciar el Guanito, una de las más bellas palmas endémicas del país, el Cacheo y el Yarey. Hay un gran mariposario y numerosas aves, como la yaguaza y el barroncolí.




El sur del país también cuenta con varios puntos para los observadores de fauna. La Laguna de Oviedo es una reserva natural acuática de la provincia Pedernales en la que habitan iguanas, garzas, flamencos y aves playeras. En la provincia de Barahona se puede recorrer en bote el Lago Enriquillo y observar, entre otros, el cocodrilo Americano y la iguana Rinoceronte.


El Parque Nacional Sierra de Bahoruco, al suroeste, es una de las áreas protegidas con mayor diversidad de ambientes del país. Allí anidan la cúa y el diablotín. Además, alberga más de la mitad de las especies de orquídeas reportadas en el país.


Los amantes de la naturaleza no pueden dejar de descubrir éstas y otras bellezas naturales que hacen de República Dominicana un destino que lo tiene todo.

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